De un aula en Buenos Aires al liderazgo mundial de la sommellerie

Descubrí cómo un grupo de pioneros formados en la EAS transformó la profesión en Argentina y abrió las puertas al escenario internacional.

A comienzos de los 2000, mientras Messi jugaba en las divisiones inferiores y la Argentina atravesaba tiempos turbulentos, la sommellerie comenzaba a tomar forma en nuestro país. Marina Beltrame ya trabajaba incansablemente para consolidar esta disciplina y, en ese contexto, un joven Andrés Rosberg decidió sumarse a la primera generación de estudiantes de la Escuela Argentina de Sommeliers (EAS).

Las conversaciones en esos años estaban cargadas de visión: extender la carrera para sumar respaldo internacional, fundar una asociación local que los representara y, por qué no, proyectar un liderazgo argentino a nivel mundial. Con esa energía nació en 2001 la Asociación Argentina de Sommeliers (AAS), que pronto agruparía a cientos de profesionales, sería anfitriona de un panamericano y un mundial históricos, y lograría lo impensado: que un argentino se convirtiera en presidente de la Association de la Sommellerie Internationale (ASI), hasta entonces liderada solo por europeos o japoneses.

Lo que empezó como un proyecto académico se transformó en una revolución profesional. Veinticinco años después, la sommellerie argentina mira hacia atrás con orgullo y hacia adelante con ambición: más formación, más experiencias y un futuro que sigue escribiéndose desde la pasión y el compromiso.


👉 Leé más historias en nuestro blog y descubrí cómo la EAS impulsa a sus egresados a liderar en Argentina y en el mundo.